Paraules inspiradores de Nietzche a mitja nit
[...] Una singular ofuscación de la capacidad de juzgar; una mal disimulada manía por deleitarse y por divertirse a cualquier precio; prevenciones eruditas, presunción e histrionismo con la seriedad del arte por parte de los ejecutantes; brutal avidez de lucro por parte de los empresarios; superficialidad y aturdimiento de una sociedad que sólo piensa en el pueblo en cuanto le es útil o le resulta peligroso y que asiste al teatro y a los conciertos sin acordarse jamás de sus obligaciones - todo esto en conjunto constituye la enrarecida y perniciosa atmósfera de nuestras actuales circunstancias artísticas: pero una vez se está tan acostumbrado a la misma como lo están aquellos de nosotros que han tenido una formación, entonces bien llega uno a figurarse que ese aire es necesarioo para su salud y se encuentra mal si, por cualquier obligación, ha de prescindir de ella por un tiempo. En efecto, solamente se dispone de un único medio para convencerse con rapidez de lo vulgares, de lo excepcional e inextricablemente vulgares que son nuestras instituciones teatrales: ¡basta con compararlas con la antigua realidad del teatro griego! En el supuesto de que no supiéramos nada de los griegos, entonces quizá no hubiera forma de encontrarles deficiencias a nuestras circunstancias, y se tendrían por quimeras de gente que vive en la luna objeciones tales como las que Wagner ha sido el primero en hacer en gran estilo. Quizá se diría que, tal y como ahora son los seres humanos - ¡y jamás han sido diferentes! - , les basta y les conviene un arte semejante. Pero es bien cierto que los humanos sí que han sido diferentes, e incluso ahora hay personas a las que no les bastan las instituciones actualmente existentes - y eso es precisamente lo que el hecho de Bayreuth demuestra. En Bayreuth encontraréis espectadores preparados y consagrados, la profunda emoción de personas que se hallan en el punto álgido de su felicidad y que sienten precisamente entonces que todo su ser se ha concentrado para dejarse fortalecer y obtener así una voluntad más amplia y más elevada; en Bayreuth encontraréis el más abnegado sacrificio de los artistas y el espectáculo de los espectáculos, el victorioso creador de una obra que es la síntesis misma de una plétora de acciones artísticas victoriosas.
¿No parece casi como un hechizo que se pueda encontrar en el presente un fenómeno semejante? Aquellos a quienes les está permitido colaborar y coparticipar en Bayreuth ¿no han de estar ya transformados y renovados para que les sea posible producir también una transformación y renovación en otros ámbitos de la vida a partir de ese momento? ¿No se ha encontrado un puerto tras la desoladora vastedad del mar? ¿No hay en ese lugar una bonanza que se extiende sobre el agua?- Quien desde la profundidas y soledad del estado de ánimo que en Bayreuth imperan retorna a las totalmente diferentes llanuras y tierras bajas de la vida, ¿no se ha de preguntar incesantemente, como Isolda: "¿cómo lo pude soportar? ¿Cómo lo soporto todavía?" Y si no resiste ocultar en él con egísmo su dicha y su desdicha, aprovechará de ahora en adelante cada oportunidad para dar testimonio en sus acciones. Preguntará: ¿En qué lugar se hallan los que sufren por las instituciones actuales? ¿Dónde están nuestros aliados naturales en cuya compañía podamos luchar contra la pujante y represora proliferación del actual concepto de buena formación? Pues por ahora - ¡por ahora!- tan sólo tenemos un único enemigo, sa saver, esas "personas formadas" para quienes la palabra "Bayreuth" significa una de sus más aplastantes derrotas.
[...] Para nosotros Bayreuth significa la consagración matutina en la jornada de lucha. No se podría ser más injusto con nosotros si se supusiera que lo único que nos importa es el arte: como si se lo hubiera de tener por un remedio y un narcótico con el cual se pudiera uno librar de todos los demás estados miserables. En la imagen de esa obra de arte trágica de Bayreuth nosotros vemos precisamente la lucha de los individuos contra todo lo que se les enfrenta como necesidad aparentemente invencible, contra el poder, la ley, la tradición, los pactos y las completas clasificaciones de las cosas [...]
F. Nietzche
Richard Wagner en Bayreuth (Consideraciones Intempestivas. Cuarto Volumen)
Edició de Joan B. Llinares
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